Este fin de semana nos volvemos a ir de boda, Ricardo y Cristina se casan y por eso hoy quiero enseñaros lo bien que lo pasamos en la preboda que hicimos en Acered, un pequeño pueblito de Zaragoza.
Ricardo conducía mientras, entre él y Cristina, me comentaban detalles de su boda, de su vida y del paisaje que nos íbamos a encontrar.
La tarde pintaba tormenta, pero eso no nos impidió lanzarnos a la carretera. Yo, desde la ventanilla de atrás del coche, observaba los campos, la tierra roja, las casas abandonadas a orillas de la carretera y guardaba para mi cada una de esas estampas que después querría sacar en mis fotografías y hacerlas suyas.
Paramos el coche en el campo y nos pusimos a andar y disfrutar del paisaje hasta pasar muy cerquita de los pequeños árboles recién plantados y muy mimados por el padre de Ricardo. Fue un lujazo escucharle hablar sobre el tema y fotografiar cómo disfrutan el uno del otro paseando entre cerezos y almendros.
Ya en Acered las calles estaban vacías, estaba todo el pueblo de romería o volviendo a sus casas después de pasar el fin de semana por allí, así que cada uno de los portales y de las fachadas eran nuestras, así como alguna casa o furgoneta abandonada.
Fue una tarde genial en la que el cierzo nos acompañó en todo momento para recordarnos que estábamos en tierras mañas, la tormenta acechaba para decirnos que estábamos en primavera y las risas y miradas cómplices me aseguraban que estaba con una pareja de enamorados que mañana mismo se dan el "Si quiero".
Podéis ver más sesiones como esta aquí.
